RESEÑA DE LA ACTIVIDAD DEL BELEN MONTAÑERO.
Para desplazarnos hasta San Lorenzo de Flumen y participar en el 52 Belén montañero de la FAM, quedamos junto al Pabellón Príncipe Felipe a las 8 de la mañana en un día de niebla espesa. Como fuimos 8 personas la distribución fue sencilla, cuatro por coche.
Al poco de salir de Zaragoza por la carretera de Sariñena, se nos prometía un día luminoso, pues la niebla iba desapareciendo a los pocos kilómetros en cuanto elevamos un poco la altitud. Hasta la sierra de Alcubierre todo fue bien, pero al entrar en la Hoya de Huesca, nuevamente la niebla nos envolvió y ya no la perdimos de vista en todo el día.
Después de Lanaja, llegar a destino costó lo suyo, pues entre la niebla y el ser zona de colonización, las carretas comarcales están mal señalizadas. Al final llegamos, nos perdimos el chocolate que se repartía a las 9 y media, así que nos preparamos para andar los 7,5 km. que decía la organización que era la distancia hasta la ermita de Santa Agueda, al final solo fueron 5,8 km. por pista llana como la palma de la mano, la visibilidad era escasa, pero la campana de la ermita nos servía de orientación. En poco más de una hora nos presentamos en el Belén.
El siguiente acto consistió primero en saborear un buen caldo bien caliente, que era ofrecido por las gentes de San Lorenzo de Flumen, pues este año celebran el cincuentenario de su fundación, y en segundo lugar asistir a la colocación del Belén en el exterior de la ermita y a la Misa en el interior. He de decir que la ermita estaba totalmente llena y hubo gente que aunque quiso no pudo entrar. Se estima que los asistentes éramos más de 350 personas.
Terminados estos actos volvimos en coche al pueblo a recoger el segundo coche y dirigirnos al pabellón de Lalueza en donde se celebraba el concurso de villancicos. Asistimos a los preparativos y con los primeros villancicos, al ser hora de comer, con nuestros coches nos fuimos a Sariñena, en donde dimos buena cuenta del menú que en el restaurante nos propusieron.
La vuelta siguió con niebla pero al llegar a lo alto, en la Sierra de Alcubierre estaba despejado, por lo que nos desviamos hacia la llamada Ruta de Orwel, donde se encontraban las posiciones de la guerra civil defendidas por los republicanos. Ante la persistencia de la niebla ya no paramos hasta entrar en Zaragoza.