ESCAPADA A CINCO OLIVAS – 13/04/2019

Un año más, Esther y Miguel Ángel nos ofrecen una escapada a Cinco Olivas y nos organizamos para ir. Madrugamos un poco y nos repartimos en los coches. Nos reciben calurosamente y redesayunamos en espera de encontrarnos todos. Esta vez, Roma, el hijo de Rosa y Gerardo, hace bajar la media de edad. Todos nos interesamos por él y a saber lo que pensaría de nuestra pandilla…¡qué majete!

Los anfitriones han previsto un buen plan y, primeramente, nos acercamos con los coches al Fortín de Sástago: su emplazamiento, con vistas a los meandros del Ebro, abarca una panorámica interesante de Sástago, Alborge, Alforque, Cinco Olivas y La Zaida. (Igual me olvido de algo…). Señalar el cuidado de la restauración, dado que se trata de un lugar testigo, y protagonista para las comunicaciones, de nuestra propia Historia: tercera guerra carlista y la guerra civil. Fue construido en 1875 para controlar el Ebro, formando parte de la línea de torres ópticas entre Zaragoza y Tortosa.

El día comenzó algo ventoso y mirábamos las nubes con cierto temor…que se disipó, ya que continuó un día espléndido.

Como segunda parte, algunas, amablemente, se quedaron con Esther, la cocinera principal, y otros marchamos con Miguel Ángel a dar una caminata: la primavera a nuestros pies: un camino exclusivo para nosotros con largas rectas, bordeado de espigas y amapolas (tb. Ababoles, campos de cultivo y en barbecho y lomas en paralelo hacia La Zaida.

Charlamos del Camino de Santiago, de sus etapas…pasamos la depuradora, montones de cal ¿para delimitar el terreno? Cuando son largos trayectos…la mente dice que tiraría la toalla y luego se pasa. Cada uno va a su ritmo en el Camino. Me voy del tema…Es curioso ver que la acequia que nos acompaña largo trecho la van cubriendo con losetas, para frenar la evaporación en los meses calurosos. Pasamos el río Aguas, de olor desagradable y color mortecino y M. Ángel nos explica otras opciones de las caminatas que suele hacer en solitario. Llegamos a La Zaida; algunos marcan sus tiempos; suenan las campanas: son las 12.30. Y desandamos nuestro camino. Parece que ya estuviéramos en verano y se agradece cierta brisilla…iría bien una cañita…

Ya en Cinco Olivas, a mesa puesta: aperitivos varios, los chicos de la parrillada, la generosa ensalada -con mahonesa o sin ella- y los postres. Mucho bueno y abundante. Pasado el rato de la recogida, el sesteo y la tertulia, unos cuantos pudimos acercamos y entrar a la iglesia, y dimos por terminado el día de excursión. Gracias a todos.

Buena caza. Pilar Melero. Cisne c. Deneb.

Algunas fotos…

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